Características de una propiedad para que sea una inversión rentable

Muchas son las dudas que se generan antes de invertir en el rubro inmobiliario: ¿qué debo tomar en cuenta?, ¿cómo elijo la mejor opción?, ¿cuáles son los indicadores de que “esa” o “aquella” es la propiedad perfecta para invertir mi dinero en ella?

Lo primero que se debe considerar es que invertir dinero en un inmueble es una decisión importante en la vida de cualquier persona, tanto por el compromiso económico a adquirir como por el gran beneficio que representa para su futuro y el de su familia.  Por ello es fundamental que si el inversionista no es especialista en el tema, acuda a verdaderos expertos inmobiliarios que le brinden el acompañamiento necesario para tomar la mejor decisión.

Con el propósito de orientar, desde lo más básico, a los futuros inversionistas inmobiliarios en cuanto a aquellas características para que una propiedad sea rentable, creamos una lista con los puntos más importantes:

• ¿Casa o departamento? La respuesta a esta pregunta suele ser un poco subjetiva, pues depende de la capacidad y los intereses del inversionista. Sin embargo, si hablamos de nuevos inversionistas que están apenas incursionando en el mundo inmobiliario, lo más prudente es inclinarse por la segunda opción. Los departamentos tienen un costo de adquisición menor y son bastante seguros. De hecho, son más cotizados que las casas, pues según el Informe de actividad del 2do trimestre del 2018 del Mercado Inmobiliario de Santiago, realizado por la Cámara de Construcción Chilena, el 84% del total de unidades de vivienda vendidas pertenece específicamente a departamentos (de 8.979 unidades, 7.590 fueron apartamentos y solo 1.470 fueron casas).

• Menos es más. Mientras más pequeña sea la propiedad, mejor. Es mucho más fácil arrendar un departamento de pocos metros, pues son accesibles para más personas. Además, los costos de mantención y administración son mucho menores. Lo recomendable es que sea tipo estudio, con máximo 50 metros, de 1 o 2 dormitorios. Los inversionistas tienden a preferir esta opción porque son propiedades que “se pagan solas”, es decir, con el arriendo se cubre el dividendo e incluso se puede ganar dinero extra.

• Ubicación. La lógica diría que hay que pensar en las zonas más demandadas o desarrolladas. Sin embargo, lo recomendable es considerar aquellas zonas que tengan un gran potencial de crecimiento en el futuro, pues su valor se incrementará con el tiempo, lo que garantizará que aumente la plusvalía de tu propiedad. Algunas zonas con esas características en Santiago son: San Miguel, Macul, Independencia y Estación Central.

• Conectividad, tráfico y entorno: estos elementos influyen en alto grado en la calidad de vida del futuro arrendatario, por lo que es necesario que se considere si las condiciones serán beneficiosas para éste. Factores como la cercanía a alguna estación de metro, el fácil acceso al transporte público, conexión con las principales vialidades de la ciudad, así como la accesibilidad a supermercados, farmacias, escuelas, entre otras cosas, son indicadores que se deben consultar.

• Atractivos residenciales. Por último, zonas verdes, iluminación, acabados de las áreas comunes y óptimo estado de la residencia, son un “plus” que genera valor al inmueble e interés en el futuro arrendatario y pueden ayudar a que disminuyan los tiempos de vacancia del inmueble.