Cuando se toma la decisión de invertir en una propiedad y se destina a arriendo, el comprador pasa a convertirse en arrendador. Sin embargo, el proceso no acaba aquí: para velar por el buen estado del inmueble, es conveniente que el propietario se documente muy bien acerca de cómo hacer un contrato de arriendo.
Incluso un contrato de arriendo simple debe cumplir ciertas características para evitarnos problemas a largo plazo; específicamente, detalles relacionados con:
- El inventario de la propiedad.
- El monto del arriendo.
- La vigencia del contrato.
- Las cláusulas.
Si es nuestra primera vez arrendando una propiedad debemos saber qué incluir en un contrato de arriendo simple de vivienda.
¿Cómo hacer un contrato de arriendo?
Comencemos por lo básico: en Chile no es obligatorio firmar un contrato de arriendo simple de vivienda ante un notario, pero es más inteligente y responsable hacerlo que dejar pasar la oportunidad.
Un contrato firmado aporta beneficios como:
- La imposibilidad de desconocer la fecha exacta de la firma.
- En caso de litigio, no podrá negarse la previa aceptación de las cláusulas y condiciones acordadas entre el arrendatario y el arrendador.
Con esto claro, veamos qué debe incluirse en un contrato de arriendo.
Formato contrato de arriendo: ¿qué debe especificar?
Un formato contrato de arriendo debe contener:
- Fecha del comparecimiento.
- Antecedentes de quienes comparecen: nombre legal, cédula de identidad y domicilio.
- Objeto del contrato: donde se incluyen los detalles del inmueble, tipo y ubicación. También es conveniente especificar el número máximo de habitantes permitidos.
- Plazo del contrato: es decir, la fecha de celebración y la vigencia del acuerdo. Debemos saber que existen al menos tres tipos, a saber, temporales que se pactan de forma mensual, indefinidos sin plazo de término y contratos a plazo fijo. Además, es útil citar las condiciones de la renovación (si será tácita y automática o cuál será el procedimiento para dar fin al contrato si el arrendatario no desea conservar la propiedad).
- Renta o monto del arriendo: consiste en especificar el valor del arrendamiento y, si corresponde, el monto que el arrendatario deberá pagar para hacer uso de otras amenidades, como estacionamientos y bodegas. Algunos contratos pueden incluir costos adicionales de mantenimiento. En esta sección se incluye también el interés generado por mora.
- Información de reajustes: cada cuánto tiempo se aplicarán ajustes al monto del arriendo, y qué indicador se usará como base para ello (Índice de Precios al Consumidor, mejoras a la propiedad, etc.).
- Garantías: cuántos meses de garantía entregará el arrendatario al arrendador como depósito para garantizar la restitución de la propiedad en buen estado.
- Prohibiciones: usos y actividades que el arrendatario no está autorizado para realizar (como subarrendar, vender mobiliario, introducir sustancias ilícitas a la propiedad o utilizarla con fines comerciales).
- Condiciones para la anulación del contrato.
- Condiciones para la restitución del inmueble: es decir, cómo debe devolver la propiedad el arrendatario.
- Mantenimiento del inmueble: ¿qué tareas serán responsabilidad del arrendador y cuáles son deber del arrendatario?
- Visitas sorpresa al inmueble por parte del arrendador para verificar su estado.
- Información de codeudores.
- Inventario del inmueble: este documento suele añadirse como anexo y sirve para dejar constancia de las condiciones de la propiedad al momento de su entrega al arrendador.
Considera especificar también a quién corresponden las cuentas de servicios básicos (que por lo general corresponden al arrendatario) y qué tipo de daños no serán responsabilidad del inquilino (instalaciones eléctricas, tuberías, etc.).
Si sigues estos pasos, lograrás emitir un contrato de arriendo claro y profesional que te evitará muchos contratiempos.
