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Generalmente la deuda se relaciona con la comodidad. Pero, esa comodidad puede durar poco tiempo, ya que al tener una deuda mala puede significar el fin de tu estabilidad financiera.
Así pues, existen dos tipos de deudas: la deuda buena, que representa un beneficio real o inversión, logra aumentar tus activos en el tiempo y sus resultados la justifican. Las más representativas son las deudas hipotecarias, los créditos estudiantiles y de emprendimiento. Por otro lado, las deudas malas son aquellas que se contraen para adquirir bienes que no necesitamos o son prescindibles.
Ya entendiendo las diferencias de las deudas buenas y las malas, hablemos de la rutina de una deuda mala:
Llegó tu aniversario y pensaste, “sería bueno llevar a cenar a mi esposa en ese restaurante nuevo que recién han inaugurado”. Camino casa, te paraste en una joyería y usaste tu tarjeta de crédito para comprarle unos zarcillos deslumbrantes, había unos que eran más accesibles para ti, pero no te has portado del todo bien.
Llamaste a tu esposa, la citaste en ese lugar, pero derramaste un café en tu camisa, así que antes de llegar al lugar pasaste por una tienda y terminaste comprando, nuevamente con tu tarjeta de crédito, no sólo la camisa que necesitabas, sino un par de calcetines, una corbata, y el perfume que la promotora te invitó a probar.
La noche estuvo excelente, tus tarjetas de crédito se portaron a la altura; sin embargo, al día siguiente te diste cuenta de que ya todas están sobregiradas, cosa que es preocupante porque tienes la deuda del crédito hipotecario y el carro de tu hija que aún estás pagando. Probablemente tu sueldo no alcanzará para ambas cosas y deberás repactar o renegociar, agrandando más el monto a cubrir.
Caer en una deuda mala es muy común, de hecho, Trabajando.com realizó una encuesta, que reveló que un 34% de las familias chilenas enfrenta los gastos de marzo usando tarjetas de crédito. Pero, tranquilo, todo tiene solución y es posible salir libre de una deuda mala. Sigue estos 3 primeros pasos y comienza a solucionar el problema:
Haz una lista de las deudas que tienes; la idea es contabilizar todo, desde los créditos hasta las deudas de los servicios de luz y agua. Verifica los tiempos que le quedan a cada deuda, y su modo de cancelación.
Aunque suene algo poco prometedor, es necesario que te sinceres con tus acreedores, consultar cuáles podrían ser sus nuevas alternativas de pago y ver si de alguna manera se puede renegociar una nueva fecha para el cumplimiento de tus responsabilidades.
Todo sacrificio tiene su recompensa, entonces te sugerimos que suspendas tu cuenta de cable, cambies el plan del teléfono, reduzcas la lista de cosas que compras en el supermercado y uses el transporte público, una bicicleta o camines. De esa manera puedes ahorrar parte del dinero que necesitas para ir saliendo de las deudas malas.
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